La Enseñanza y El Aprendizaje
«Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber».
Albert Einstein.
LA ENSEÑANZA: es una actividad educativa, la cual debe ser específica, intencional y planeada, permite el crecimiento personal y hallar alternativas de solución ante diversos problemas.
APRENDIZAJE: es el proceso de adquisición de determinados conocimientos, competencias, habilidades, destrezas, prácticas y aptitudes por medio del estudio o la experiencia, nos apropiamos del conocimiento a través del estudio, la práctica y la experiencia.
PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: es un proceso estructurado que implica analizar y organizar los contenidos educativos, determinar los objetivos con competencias de aprendizajes, intenciones y propósitos educativos a lograr, además de planificar de acuerdo al tiempo y espacio.
Durante este proceso, el docente debe estructurar la clase, distribuyendo el tiempo de manera adecuada para asignar actividades y/o tareas que involucren las destrezas cognoscitivas de los estudiantes, debe usar recursos educativos y estrategias que faciliten el entendimiento del contenido desarrollado y por último evaluar el conocimiento.
El estilo docente dependerá del perfil de los estudiantes y de la personalidad del profesor, entre estos estilos tenemos:
Estilo Democrático: toma decisiones en conjunto con sus estudiantes, muestra transparencia, responsabilidad, conciencia de grupo y justicia.
Estilo Autoritario: involucra a la obediencia, el silencio, el castigo, la igualdad de oportunidades y anulación de la identidad, en este estilo el docente suele llevar el manejo total de su clade.
Estilo Permisivo: el docente actúa de manera relajada, da paso a la autosuficiencia, la flexibilidad y la creatividad.
Estilo Proteccionista: el factor emocional es su pieza clave, se intenta salvar a los estudiantes, pero salvar no es ayudar, ya que el resultado deriva en que el estudiante no aprende a valerse por si mismo.
El docente debe contar con un abanico de estilos, en el cual cada uno se adapte a la situación adecuada y pueda existir un equilibrio.
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